Breve Introducción Crítica al libro de Malaquías
Por: Guillermo A. Domínguez Sánchez Jyba
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Junio 9 de 2017
Contexto Histórico
Autor. Cronológicamente Malaquías es el último de
los Profetas Menores. Así, con Malaquías
se cierra la profecía y el canon del Antiguo Testamento. A partir de ahí, Dios guardará silencio por
casi cuatrocientos años hasta que vuelve a pronunciarse con la anunciación del
niño Jesús y la predicación y vida profética de Juan el bautista.
Es
nula cualquier información sobre la vida personal del profeta, excepto su
nombre, la significación del mismo y su profecía. Steinmueller plantea que hay quienes piensan
que Malaquías no es un nombre propio, sino el pseudónimo o nombre simbólico de
la actividad profética del profeta y autor anónimo, a quien la tradición judía
y algunos padres de la iglesia como Jerónimo identifican con Esdras. Esto se plantea por el hecho que la
traducción del nombre מלאכי =
Malaki encontrado en 1:1 y 3:1 se traduce como: Mi ángel o mi mensajero. Pese a la incertidumbre de algunos en cuanto
al nombre del profeta, Archer no duda que el nombre propio del profeta haya
sido Malaquías.[1] El texto afirma que la profecía fue dada a
través de Malaquías. El autor se
muestra como un judío fervoroso de la Ley, quien denuncia el desorden del
pueblo y la ineptitud del sacerdocio.
Señala la ignorancia y la avaricia del sacerdocio, quienes permiten el
abuso en el culto, así mismo censura a quienes repudian a sus esposas para
contraer matrimonio con las extranjeras.
El profeta condena a quienes incumplen con el diezmo pues han defraudado
al Señor. Reprocha de igual modo la
actitud de desesperanza y falta de fe en Dios y el cumplimiento de las promesas
hechas por los profetas tras el exilio. [2] De todo lo antes dicho, en modo alguno se
pretende poner en duda la paternidad literaria del profeta en su escrito. Solo se discute el nombre del autor, no su
autoridad e inspiración,
Fecha: Aunque es imposible determinar una fecha
exacta para el profeta, no obstante, en base a la trama, puede ser ubicado
luego del exilio. La evidencia interna
nos indica que el Templo estaba ya reconstruido. A modo de ejemplo revise Malaquías 1:7,10;
3:1 donde se menciona el altar y el
Templo, lo cual implica su existencia para ese momento. Según Esdras 6:14,15 la trama podríamos
ubicarla después del 515[3]
a.C., fecha en que finaliza la reconstrucción del Templo, lo cual también
coincide con el sexto año del reinado del rey Darío.[4] De igual modo, tomando en cuenta que la
predicación de Malaquías coincide temáticamente con algunas de las exhortaciones
de Esdras y Nehemías, esto podría indicar con mucha probabilidad que la
ocasión, fecha y destinatarios eran los mismos o muy cercanos, a estos
profetas, lo cual nos llevaría un poco antes del 445 a.C. o 428 a.C., como
fecha más tardía y temprana.[5] En cuanto a las coincidencias proféticas
con Esdras y Nehemías note por ejemplo: Faltas en el servicio sacerdotal y del
pueblo (Malquías 1:6-14 con Nehemías 13:4-9), falta en la práctica del diezmo
(Malaquías 3:7-12 con Nehemías 13:10-13), matrimonios mixtos con mujeres
extrajeras (Malaquías 2:10-16 con Esdras 10:1-44; Nehemías 13:23-28).
Destinatarios. Para ese momento ya no existe reino del
Norte ni reino del Sur. Solo existe Judá
como grupo tribal mayoritario, quienes fueron llevados cautivos a Babilonia por
Nabucodonosor en el 587 a.C., y retornarían a Judá bajo la dirección de
Zorobabel, Nehemías y Esdras. No
ocurriría lo mismo a las diez tribus de Israel.
Hemos de recordar en las lecturas de estudio del Antiguo Testamento, que
el Reino del Norte fue llevado cautivo por Sargón II en el 721 a.C. De estos cautivos es poca o nula la
información que se tiene de su destino final.
Evidentemente habría quedado algún resto de la población pobre de
Israel, pues la tribu de Leví sobrevive, los Benjamitas igualmente sobreviven,
pues de ahí desciende Pablo; Ana la profetiza, quien servía en el Templo en
tiempos del niño Jesús, se dice que era de la tribu de Aser (Lucas
2:36-38). Había también israelitas en
Egipto y otras regiones del mundo de aquel entonces. Así que, es con toda seguridad, muchos de
las 10 tribus sobrevivirían hasta el tiempo de Jesús, aunque no con la fuerza
poblacional como antes del 721 a.C.
Así, entonces, los destinatarios son judíos regresados del exilio de
Babilonia. Ciro decretó el edicto de
retorno en el 539 a.C. Muchos judíos
decidieron quedarse en Babilonia, pero el resto regresó en dos grupos, uno con
Zorobabel y el otro con Nehemías.
Pasado algunos años del retorno, el pueblo y sus líderes cayeron en decadencia moral, y es a ellos a quienes
Malaquías reprendería a través de su escrito.
Condición
Sociopolítica de los destinatarios.
Judá, una vez destruido su primer Templo en el 587 a.C., nunca más
recuperó su independencia. Años más
tarde, un nuevo imperio se levantaría contra Babilonia, Los Medos-Persas; los
judíos, ahora se encontraban bajo un nuevo amo. Cumplidos 70 años de cautiverio en Babilonia
y bajo el nuevo mando de los Persas, en el 539 a.C., reciben el permiso de
regresar a Jerusalén, pero siempre bajo la tutela política de los Persas. Los judíos continuarían bajo la dirección
Persa hasta el 330, para luego caer bajo la dirección de un nuevo amo, los
griegos, con Alejandro Magno como su rey.
Sin embargo, sería bajo la dirección de los Persas en que se escribiría
nuestro libro de Malaquías.
Propósito y trama del
Libro. Como se ha inferido con anterioridad, el
profeta se propone exhortar y corregir la decadencia espiritual del pueblo
manifestado en los abusos de los sacrificios (1:6-14), así como la ineptitud y
complicidad de los sacerdotes al permitir el pecado (2:1-9); los verso ocho y nueve son muy severos contra el
sacerdocio impío “…mas vosotros os habéis apartado del camino habéis hecho
tropezar a muchos en la Ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de
los ejércitos. Por eso yo os he hecho
despreciables, viles ante todo el pueblo porque no habéis guardado mis caminos
y hacéis acepción de personas al aplicar la Ley” (2:8,9) En su propósito se propone denunciar y
condenar la maldad de aquellos que repudian (se divorcian) a sus esposas y se
casan con extranjeras violando la ley de Jehová (2:10-16); Denuncia así mismo
el descuido y pecado de aquellos que no ofrecían su diezmo, con lo cual
ofendían al Señor (3:6-12). No deja de
señalar otras actitudes pecaminosas del pueblo como la hechicería, el
adulterio, los que juran falsamente, los que defraudan en su salario al
jornalero, a la viuda y al huérfano, contra los que hacen injusticia al
extranjero sin tener temor de Dios.
Contra todos ellos el profeta tiene palabras de juicio de parte del
Señor, diciendo: “vendré a vosotros para juicio y testificaré sin vacilar…”
(3:5). En el mismo capítulo tres, es
ineresante señalar el anuncio de la venida del Señor a su Templo y la de su
precursor quien preparará el camino: “Yo envío mi mensajero para que prepare el
camino delante de mí. Y vendrá
súbitamente a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis y el ángel del Pacto,
a quien deseáis vosotros, ya viene”.
Estas palabras devolvería la esperanza que algunos estaban perdiendo
tras la tardanza de la venida del Mesías.
El 4:5-6 vuelve a hacer referencia del mensajero, el profeta Elías antes
del día grande y terrible, quien haría volver el corazón de los padres hacia
los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres. Este personaje, indudablemente sería la
persona de Juan el bautista, el mismo de quien hizo referencia en el 3:1. Lo más importante de ello, es que Jesús
mismo hizo referencia y aplicación de este mensajero, de ese Elías, a la
persona de Juan el bautista: Mateo 11:7-14.
Jesús cita el pasaje de Malaquías y dice que Juan el bautista es ese
Elías que todos esperaban.
Contexto Literario.
Nombre
del Libro. Como se mencionó arriba,
la forma hebrea del nombre es מלאכי Malakí
y significa “Mi mensajero” o “mi ángel”(1:1; 3:1); es probable que esta sea una
forma abreviada de Malkiyyáh = Mensajero de Jahvé[6]
o ángel de Jehová. Como se mencionó al
inicio, el nombre del libro no necesariamente implique el nombre del autor,
sino un pseudónimo o nombre simbólico del profeta y autor anónimo. La base para ello se establece en la
traducción de la Septuaginta, la cual traduce Malaquías 1:1 como: “por medio de
su mensajero” y no como lo traduce, por ejemplo, la Reina-Valera: “Por medio de
Malaquías”. No obstante de lo que se ha
planteado respecto a la incertidumbre del nombre, Archer no duda en aceptar el
nombre como nombre propio del profeta[7]. Como se ha mencionado atrás, en modo alguno
se pretende dudar de la paternidad literaria del autor, ni de la autoridad e
inspiración del autor sobre su escrito.
Solo se discute el nombre del autor.
Género Literario. La naturaleza del texto lo ubica dentro de
la literatura profética, precisamente el texto forma parte de lo que se conoce
como el grupo de los doce profetas menores.
Tema Principal. Si el
pueblo quiere que Dios derrame bendición sobre las cosechas y ser prosperados,
deben entonces vivir una vida sincera y santa delante de Dios. Ellos deben esperar al Mesías en una actitud
y vocación de santidad.[8]
[1] L. Archer, Gleason. Reseña Crítica de una Introducción al
Antiguo Testamento. Editorial Portavoz, Grand Rapids, Michigan, 1981, pág. 474.
[2] E. Steinmueller, John. Introducción Especial al Antiguo Testamento,
Ediciones Desclée, de Brouwer,
Buenos Aires, Argentina, 1950, pág. 280
[3] F.F. Bruce, Israel y las Naciones, Editorial
Portavoz, 1988, Grand Rapids, Michigan, E.U., Pág. 133.
Bruce señala que la construcción del Templo fue terminada el 12 de Marzo
del 515 a.C.
[4] Nota k de Esdras 6:15 en Reina-Valera Edición 95.
[5] Comentario Bíblico San
Jerónimo, Tomo II, Ediciones Cristiandad, Madrid 1971, pág. 165
[6]
Op. cit. E. Steinmueller, John. Pág. 165
[8] Ibid. Archer, Glesson, pág.
474.
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