jueves, 5 de septiembre de 2013
La Predestinación: Llamado de Gracia al albedrío del hombre. Jyba
miércoles, 24 de julio de 2013
Inspiración y Revelación Jyba
- les enseñaría todas las cosas,
- les haría recordar todo lo enseñado y,
- que los guiaría a toda la verdad.
- Son los actos a través
de los cuales Dios se da a conocer al hombre, actos sin los cuales, sería
imposible conocer a Dios, pues el efecto no puede ser mayor que la causa;
Dios es trascendente, pero se vuelve inmanente a fin que su criatura le
conozca.
- Esta revelación se ha proyectado a través de la
creación, los profetas y sus escritos, y a través de su máxima revelación:
la persona de nuestro Señor Jesucristo, quien al encarnarse en el vientre
de María y hacerse hombre, dio a conocer al Padre, habitando en Jesús la
plenitud de la Divinidad (Jn. 1:1,14; Col 2:9).
- Dios se ha revelado a sí mismo en una dimensión
dinámico-histórico-personal, tanto en el A.T. como en el N.T. Dios no es pasivo, ni indiferente ante
los problemas de su criatura caída.
Dios ha actuado de muchas maneras a favor del hombre en su miseria
de caído. Se ha insertado en la
propia historia del hombre, desde el Antiguo Testamento y más
personalmente en la dispensación del Nuevo Pacto a través de Jesucristo
quien es la imagen misma de su sustancia.
- Él ha revelado su voluntad en cuanto a lo que
quiere para con su pueblo y la humanidad completa: Dios quiere salvar al
hombre, y dio el medio para que éste pueda ser salvado: creyendo de una
manera dinámica en la persona de su Hijo Jesucristo, el único camino al
Padre.
- Revelación natural. Este tipo de revelación se refiere
a la manera en que Dios se ha revelado a través de la naturaleza, el
cosmos, el universo, su creación.
El Apóstol San Pablo al escribir a la iglesia de Roma, y disertando
acerca de la culpabilidad e inexcusabilidad de los gentiles ante Dios,
dice que éste se ha revelado a través de su creación. Su eterno poder y deidad ha sido
demostrado a través de las cosas hechas, por lo cual eran inexcusables
(Rom. 1:18 ss). Los gentiles, pese a que no habían recibido ninguna
revelación especial de Dios a través de algún profeta o escritos a
diferencia de los judíos, no tenían excusa, pues la razón misma, la lógica
humana, el sentido común los llevaba a pensar en la existencia
indiscutible de un creador de cosas tan grandes y perfectas como la
creación. Pablo infiere lo
irrazonable de pensar que las cosas hechas, la creación misma no tenga un
creador[10]. Cuando Pablo discute en el areópago de
Atenas con los Epicúreos y Estoicos ante los griegos, él les dice que Dios
no se ha dejado sin testimonio.
También les cita
- Revelación Especial. Esta revelación se dio
de varias maneras como dice el mismo escritor a los Hebreos: “Dios habiendo hablado muchas veces y de
muchas maneras en otros tiempo a los padres por los profetas, en estos
últimos días nos ha hablado por el Hijo,...”. Dios se revelaba de modo especial a
través de cada hombre que expresaba la frase: “y dijo Dios” o “vino
palabra de Jehová”: Ex. 4:28;19:6,7; 20:1-17; 24:3; Núm. 3:16,39,51;
11:24; 13:3; Deut. 2:2,17; 5:5-22; 29:1-30:20. El autor da a conocer que la revelación
de Dios fue multiforme. El reveló su palabra, su voluntad a través de
- los patriarcas,
- los profetas
- sus escritos,
miércoles, 12 de junio de 2013
De las cualidades y obra del Evangelista en las Cartas Pastorales Jyba
Efesios 4:11 / 1Tim. 4:16“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; sé
diligente en esto, porque si así lo hicieres, a ti mismo te salvarás y a los
que te oyen.”
2Tim. 2:2 “Lo que has oído de
mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para
enseñar también a otros.”
I.
De sus Cualidades
- Ejemplo
de buenas obras (Tito 2:7,8)
- En la
enseñanza ha de mostrar integridad, seriedad, palabra sana e
irreprochable.
- ser
ejemplo en: (1Timoteo 4:12)
a.
conducta
b.
amor
c.
espíritu
d.
fe
e.
pureza
- Predicador
del Evangelio (2 Tim. 4:1-4).
a.
Sobrio en todo
b.
Debe ser evangelizador
c.
Debe cumplir su ministerio
- No
avergonzarse de dar testimonio de Dios (2Tim. 1:8).
- Ocuparse
de:
a.
la lectura (1Tim. 4:13).
b.
La exhortación
c.
la enseñanza (1Tim. 4:13).
- Debe
ser Retenedor de la doctrina tal como ha sido enseñada (2Tim. 1:13;
2:2; Tito 1:9).
a.
Persistente en la doctrina (2Tim.
3:10,14).
- Procurar
presentarse a Dios aprobado, que usa bien la palabra de verdad (2Tim.
2:15; Tito 2:1).
- Respetuoso
para con todos (1Tim. 5:1-3).
- No
contencioso (2Tim. 2:24).
- Amable
para con todos (2Tim. 2:24).
- Apto
para enseñar (2Tim. 2:24). Un maestro de la Palabra de Dios.
- Debe
ser sufrido (2 Tim. 2:3, 24; 3:12; 4:5)
- Ser
imparcial (1Tim. 5:21).
- Restaurador (2Tim.
2:25,26).
- No
admitir acusación alguna contra un ministro del Señor, a no ser con dos o
tres testigos (1Tim. 5:19).
- No
descuidar el don de Dios (1Tim. 4:14).
- Avivar
el fuego del Don de Dios (2Tim. 1:6).
- Ejercitarse
para la piedad 1Tim 4:7
- No
enredarse en los negocios de la vida y luchar legítimamente (2Tim.
2:3). Su vida es un sacerdocio santo, consagrado para el
Señor.
- Apartarse
de los malos hombres (1Tim. 6:5; 2Tim. 3:1-5).
- Guardarse
en obediencia a los mandatos de Dios sin mancha ni reprensión (1Tim.
6:13-14,20).
- Huir de
la impiedad (1Tim. 6:11).
- Huir de
las pasiones juveniles (2Tim.
2:22).
- Seguir
la:
a.
Justicia
b.
Piedad
c.
Fe
d.
Amor
e.
Paz
f.
Paciencia
g.
Mansedumbre (1Tim. 6:11; 2Tim.
2:22).
- Valiente:
peleando la buena batalla de la fe y Echando mano de la vida eterna (1Tim.
6:12; 2Tim. 1:7).
- Ser
firme = Carácter (Tito 2;15; 3:8).
II.
Sobre su Obra pastoral: Edificación de la Iglesia
- Preparar
de varones para el ministerio (2 Timoteo 2:1,2)
- No
imponer las manos con ligereza (1Tim. 5:22).
- La
instauración de Obispos (1Tim. 3:1-7; Tito 1:5).
- La
instauración de Diáconos (1Tim. 3:8-13).
- Instauración
de maestros (2 Tim. 2:2)
- La exhortación (2Tim.
2:14; 4:2; Tito 2:6,15).
- Reprender con toda autoridad/ Instaurar el orden en la Iglesia a través de la
disciplina (1Tim. 5:20; 2Tim. 4:2; Tito 1:13; 2:15).
- Recordae
a la Iglesia a ser sujetos a las autoridades (Tito 3:1).
- Desechar
al divisionista (Tito 3:10).
- Velar
por el bienestar económico de los misioneros para que la iglesia no quede
sin frutos (Tito 3:13,14).
- La
defensa de la Iglesia de los falsos maestros (1Tim. 1:3; Tito 1:10,11).
- Desechar
las fábulas profanas y de viejas 1Tim. 4:7; 2Tim. 3:9.
- La
corrección de lo deficiente (Tito 1:5).
a.
con mansedumbre (2Tim. 2:25):
b.
Redargüir, reprender, exhortar con
toda paciencia y doctrina (2Tim. 4:2).
c.
Organizando la Iglesia.
Es importante revisar lo dicho por
el autor a los Hebreos en el 13.17: “Obedeced
a vuestros pastores, porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de
dar cuenta, para que lo hagan con alegría, sin quejarse, porque esto no os es
provechoso”.
Si notamos la cita, el pasaje en
nuestra Reina-Valera 60 habla de: pastores. Algunos aducen que allí
se refiere estrictamente a los obispos o ancianos de la iglesia, y que sólo a
ellos se debe sujeción. Sin embargo, la palabra utilizada en el
texto original, es distinta a la que se utiliza para referirse a los obispos
(epískopos), Ancianos (Presbíteros) o Pastores (poimén). La palabra
utilizada aquí es: jegumenois y se refiere a los que están al frente de la
iglesia en calidad de directriz o dirigentes. La palabra se traduce
como: los que tienen la hegemonía, líderes, dirigentes, ministros,
príncipes. Estos pueden ser evangelistas, incluyendo también a los
obispos y conjunto de hombres que ministran la iglesia.
Nótese la carga semántica de
autoridad que la palabra otorga a los que están en un cargo de directriz en la
iglesia: “obedeced a vuestros dirigentes”.
Es interesante, notar 1
Tesalonicenses 5.12,13: “Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los
que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor y os
amonestan. Tenedlos en mucha estima y amor por causa de su
obra. Tened paz entre vosotros”. El ruego que se
convierte en ordenanza en Hebreos, insta a reconocer, esto es, aceptar la
autoridad de aquellos que presiden (dirigen) y amonestan en el Señor.
Evidentemente se estará refiriendo a la sujeción a hermanos que tengan un cargo
de directriz, dirigencia o presidencia en la iglesia. La iglesia
está en el deber de sujetarse a su dirigencia tal cual lo afirma el texto
sagrado. Al mencionar a sus líderes, evidentemente está
involucrando a los Evangelistas, puesto que en la evidente ausencia de ancianos
en la iglesia cuando esta está iniciando, es el evangelista el encargado de la
vida espiritual de la iglesia. Él es el encargado de edificarla a
través de la predicación, la enseñanza, la visitación, la restauración, la
consejería, la disciplina y la consolación a través de la palabra de Dios.
Sin embargo, desde el inicio de la nueva congregación, como parte de la
edificación es la preparación de varones en la iglesia a modo que estos vayan
aprendiendo todo lo concerniente al ministerio a fin de que lleguen a ser parte
del grupo de hombre entre quienes la iglesia, junto al evangelista, han de
elegir a sus nuevos ministros según el orden bíblico y continúen creciendo en
madurez espiritual como iglesia organizada.
Sin embargo, esta autoridad dada por
el Señor a los dirigentes canónicos de la Iglesia tiene límites, en primer
lugar: la palabra misma de Dios, y en segundo lugar: el respeto mismo de la
iglesia o comunidad de fieles. En cuanto al primer punto, Pedro
hace ver a los Ancianos, y extensivamente a cualquiera que esté en un cargo eclesial,
que no debe enseñorearse, o creerse dueño de la iglesia (1Pedro 5: 3): “…no
como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado”.
Esto es importante señalarlo, pues el ministro del Señor, tomando solamente en
cuenta los pasajes anteriores puede querer tomar ventaja o abuso de autoridad
sobre la iglesia. Esta no está compuesta de máquinas, a las cuales
se programa y deben estar listas solo para decir: si. La iglesia
está compuesta de gente pensante, siervos de Cristo, a quienes se ha de respetar.
No os hagáis esclavos de los hombres, dice el Espíritu Santo a través de
Pablo. De todo lo anterior se sigue que, tanto la iglesia como el
ministro han de tener un espíritu de humildad para no irse a los extremos, sea
de despotismo por parte del ministro, sea de anarquía, por parte de la
Iglesia. La iglesia debe aprender a estar bajo sujeción en tanto
esta autoridad y dirección ejercida sobre ella vaya en conformidad a la palabra
de Dios.
Dios bendiga a la Iglesia del Señor
donde se encuentre.
Guillermo A. Domínguez.